Cuando nos desbordan las emociones perturbadoras perdemos la claridad mental, la paz interior, perdemos el control de lo que pasa, estamos incómodos y mucho más sensibles y vulnerables ante cualquier acontecimiento que pase.
La clave para gestionar las emociones perturbadoras es entender de dónde surgen y practicar los oponentes en nuestra vida diaria.
Cuando entendemos la situación desde una perspectiva positiva es imposible que nos gobiernen las emociones perturbadoras. En ese momento, sentiremos una fortaleza interior que viene de nuestra serenidad y sabiduría. Aprender a gestionar las emociones en los diferentes momentos de nuestra vida es sin duda lo que más nos ayuda tanto a nosotros cómo a los demás.